Puerperio

Se llama puerperio al periodo que vive la mujer posterior al nacimiento de su bebé hasta la normalización de su vida, independientemente del alta médica. Hasta hace pocos años se relacionaba al puerperio con el alta médica que se produce a los 40 días posteriores al parto, mediante la cual se le permite a la paciente retomar su actividad física y relaciones sexuales activas. Sin embargo, en la actualidad no solamente se tiene en cuenta esta parte física, sino también los cambios psíquicos y emocionales de la mujer.

En el transcurso del puerperio se despliegan las más variadas emociones y estados anímicos: alegría, tristeza, angustia, desorientación, ambivalencias; acompañados de cambios fisiológicos. En muchos casos, los cambios hormonales alteran el estado de ánimo debido al gran aumento de sus niveles durante el embarazo, pero esto no logra dar una respuesta abarcativa de toda la situación.

Si bien cada caso varía de una mujer a otra, en general los síntomas que se presentan son:
Vulnerabilidad
Ansiedad, angustia
Llanto desmedido
Cansancio, fatiga
Temores infundados
Cambios de humor
Insomnio
Aislamiento social
Sentimientos de desamparo

Resulta importante considerar que cada mujer es única con su propia subjetividad, y las causas de sus cambios anímicos son variados, por ello es necesario tener en cuenta el contexto de cada una: cómo fue su embarazo, cuál fue la experiencia vivida en el momento del parto, qué ideales tenía acerca de la maternidad, y además, su relación con los modelos de maternidad que conoce, con la propia madre e incluso con las expectativas que los otros tienen hacia ella misma como madre, y con la mujer que cada una tiene dentro.

Se trata de un período de adaptación de la mujer a su nuevo rol maternal, durante el cual se van conociendo, adaptando y afianzando vínculos la madre y su bebé. Se debe identificar en este período, el estado de fuerte fusión que existe entre ambos, un estado de emocionalidad muy intenso que se produce en el vínculo entre ambos.

Como consecuencia de la sensación de pérdida –de libertad e intimidad- que experimenta la mujer luego del parto, se produce también un cambio en su propia identidad: se ven alterados los roles, las tareas, los espacios propios, entrando en conflicto “la madre” con “la mujer”. Por esto, muchas decisiones van acompañadas de angustia o desorientación, por la modificación que se produce en la imagen de sí misma de la mujer-madre, y su relación con el entorno, en especial con su pareja.

Se producen nuevos modos de encuentro y maneras de relacionarse con la pareja; entonces, resulta necesario preguntarse por los propios deseos, tratar de buscar un equilibrio interno entre la maternidad y otras actividades propias de la mujer. Hay que tomarse el tiempo necesario para aceptar que durante la primera etapa puede ser difícil la adaptación del bebé a su nuevo hogar y entorno, intentar expresar los sentimientos tratando de vencer las sensaciones de culpa, vergüenza o ansiedad. Apoyarse en la pareja, y compartir lo que se siente. Aceptar que esto que ocurre durante el período denominado puerperio no se contradice con la felicidad de la llegada del hijo sino que es propio de esta etapa de acomodación y adaptación.

Lic. Rosina Duarte
Coordinadora del Primer Programa Argentino de Formación en Primera Infancia y Crianza

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