Amamantar, beneficios de la leche materna

Amamantar, es una experiencia única tanto par la madre como para el niño, un acto tan simple y complejo a la vez, por el que se construye esencialmente de a dos: un niño que necesita alimentarse para sobrevivir y una madre que necesita y desea ofrecer su leche.

Ambos conforman una relación de mutuo requerimiento y beneficios, que a su vez se ve condicionada por factores biológicos, psicológicos y socioculturales.

Posiciones durante la lactancia

- Posición clásica. Sentada la madre con el niño en brazos en una silla cómoda, utilizando un almohadón para amamantar, para que el bebé logre la altura justa para alcanzar el seno, evitando que éste sea a su vez traccionado.
- Posición recostada. Recostada en lecho con el bebé a un costado. Resulta beneficiosa cuando las mujeres se encuentran cansadas o con molestias y dolores a causa del los puntos de sutura.
- Posición “rugby”. Se sostiene al niño como una pelota de rugby, sosteniendo el cuerpo con el antebrazo y la cabeza con la mano de modo que se encuentre a la altura del seno materno. Esta posición resulta muy útil en caso de dificultades para prender al niño al pecho, partos por cesárea, lactancia de gemelos y nariz cerrada.

Es aconsejable ir cambiando la posición de la lactancia para no estimular siempre la misma zona del pezón, evitar así irritaciones, y permitir el vaciamiento total de todos los conductos mamarios. Además, teniendo en cuenta que la lactancia puede llevar desde unos pocos minutos a más de media hora, se recomienda sentarse en un lugar tranquilo, donde relajarse y poder encontrar la posición más cómoda para la madre y para el niño.

Beneficios de la leche materna:
Ayuda en la nutrición del niño e influye en el desarrollo psicofísico y relacional, entre la madre y el bebé.
Es el mejor alimento pues contiene todas las sustancias necesarias para satisfacer las necesidades nutricionales del lactante al menos hasta los seis meses.
Fortalece el vínculo madre-hijo.
Garantiza un crecimiento adecuado.
y una protección más eficaz contra las infecciones.
En el pecho de la madre, además, el niño encuentra no sólo nutrición sino amor y seguridad tan importante para su correcto desarrollo psicofísico.

Consejos:
- Libre demanda. Amamanta a tu hijo cada vez que éste lo desea, en particular durante las primeras semanas de vida porque la producción de leche es estimulada con la succión frecuente.
- Posición. Verifica que la posición del niño sea la correcta: su boca debe estar bien abierta y comprender el pezón, y la areola. La nariz y el mentón deben rozar el seno. Esto evitará que durante la succión, se produzcan molestos tirones en el pezón.
- Higiene. Lava siempre tus manos antes y después de amamantar. Es importante cuidar la higiene del seno.
- Ambos senos. Amamanta a tu niño con ambos senos en cada una de las comidas, siempre comenzando por aquel en el cual amamantó la última vez.
- Frescura. Mantené los senos secos y aireados.
- Durezas. Verificá que luego de cada amamantamiento el seno esté flojo y no queden durezas. Si las hubiere, se puede extraer la leche en forma manual o usando un sacaleche.
- Pérdida de leche. Utiliza discos absorbentes, si hay pérdida de leche. Éstos garantizan la higiene y mantienen la piel seca.

Amamantar se trata de un aprendizaje mutuo, donde el bebé y la madre se vinculan, reconocen y encuentran. A través de la lactancia materna, el dar y recibir se fusionan en un vínculo único e irremplazable, haciendo de ella una maravillosa experiencia.

Laura Krochik, Especialista en Lactancia y Crianza
Coordinadora del Primer Programa Argentino de Formación en Primera Infancia y Crianza

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